El sonido de una segunda oportunidad
Hubo una época en la que el sonido del silencio marcó a un niño para aislarlo del resto. Había perdido la audición casi por completo por una negligencia médica.
“A veces, la mejor medicina es aquello que tenemos la capacidad de aceptar”
Mientras sus amigos jugaban al balón en el patio, él se quedaba al margen. Un sordo no era parte del equipo de fútbol de la escuela.
“Las verdaderas amistades siempre se cuentan con los dedos de una mano”
Para él, las clases eran tan complejas que ni en primera fila podía oír todo aquello que explicaban sus profesores. Por eso, los deberes se le hacían cuesta arriba.
“Para aprender, no deberían existir barreras de comunicación”
Sin avances para la sordera, el vacío era cada vez más grande. No podía disfrutar de la música ni del cine, por lo que se refugió en su única pasión: la literatura juvenil.
“Para un sordo, solo existe un único deseo: volver a escuchar”
Años más tarde, se fabricó el primer audífono y aquel niño tuvo la suerte de probarlo. Su rostro de asombro al poder oír cambió su vida y la de muchas personas con problemas auditivos.
“Ser sordo no te hace imbécil. Oírlo todo no te hace ser inteligente”
“La verdadera discapacidad está en una sociedad que no sabe escuchar”
-Jordi Etresi
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