Kenia Arancibia

Sonrisas

Hay sonrisas buenas,

hay sonrisas malas.

Hay sonrisas que cortan el alma,

y hay sonrisas que la levantan.

 

Hay sonrisas cálidas,

como los rayos del sol,

que enmudecen

las frías mañanas.

Que abrigan el cuerpo,

que abrigan el alma.

 

Con su sola sonrisa

iluminan hasta

el más oscuro corazón.

 

Pero hay otras que cortan el aire,

que calan el cuerpo

y se clavan

como un puñal

en el alma.

 

Y por la piel recorre

un escalofrío,

señal de alerta,

de que hay que apartarse

de quien lleva

tan fría y cruel sonrisa.

 

Hay muchos tipos

de sonrisas.

Las hay para el amor,

las hay para la amistad,

pero también

para el ámbito social.

 

Cada una

con su propia

gracia.

 

Las hay cálidas,

las hay empáticas,

y las hay crueles.

 

¿Cuál prefiero yo?

Las que abrazan el alma,

las que iluminan el rostro,

las que cobijan,

las que empatizan.

 

Esa es,

sin duda,

la mejor

de las sonrisas.