Miseria muy soberbia
El rencor que te tengo no es tan grande como lo ajeno.
Lo que es verdad, y con brevedad,
es que sí lo tengo.
Desprecio como el precio que obtuve al ayudarte
y después odiarte.
Al entregarte mi tiempo, no podré ganarte jamás.
Espacio no encontrarás en mi corazón,
pues solo sobras habrás de encontrar,
como el relato que hoy vengo relatando.
Odiarte es mejor que alabarte,
pues mi miseria no es tan grande
como la de tu soberbia.
Constanza Díaz..