gaspar jover polo

ENTRE NOCHE Y DÍA NO HAY PARED

ENTRE NOCHE Y DÍA NO HAY PARED

 

Una mañana llegó la luz del amanecer a su hora, sí,

como de costumbre, pero no fue normal el tránsito

por la oscuridad nocturna frente a la gran ventana

a la que se abocaba el apartamento. La noche fue ideada para dormir

para hacer las paces, y no para, tumbados,

hablar de los asuntos que nadie puede resolver,

de problemas superreales y bastante chocantes

ya acostados.

Sí,  “entre noche y día no hay pared”,

pero el tópico nunca antes había sido comprobado

con tanta rotundidad,

de forma tan lúcida confirmado el proceso.

Y no precisamente como fruto del insomnio

que paraliza y desespera

sino de un altísimo rendimiento.

Y la prueba es que recordaban,

con meridiana precisión al amanecer, todo lo que

se habían dicho.

 

 

 

Gaspar Jover Polo