No malgastes tu vida
tan solo en divertirte,
reserva algunas lágrimas
para antes de morirte.
En el teatro de la vida,
donde tú eres un actor,
no derrames tu movida
solo en bailes y en ardor.
Las risas son melodías,
y el llanto es realidad.
En esta corta sinfonía,
cada nota hace su verdad.
La vida es un río de ganas
que fluye sin remisión
y en su cauce hasta las penas
son parte de la canción.
No temas a la tristeza,
ni al pesar que ha de venir,
pues hasta en la fortaleza,
hay dolores por sentir.
Conserva todos tus lloros,
como joyas de tu ser,
que con todos los tesoros,
hay que aprender a perder.
Los fracasos son un mal
que enseñan a madurar,
en toda caída fatal
hay un paso a mejorar.
Vive alegre y con coraje,
pero no olvides pensar,
que al acabar este viaje,
ya no queda un despertar.
Por todo aquello que adoras
abraza las buenas obras,
y guárdate algunas lágrimas
para el día en que te mueras.