William Pérez Mederos

Dónde se guarda la calma

 


¿Dónde se esconde la calma,
cuando el alma se desvela?
Cuando el ruido de los días
nos apaga las estrellas.

Yo he buscado en los caminos,
en consejos y en canciones,
pero todo es tan fugaz…
como el humo entre emociones.


Dicen que hay paz en el tiempo,
pero el tiempo no espera.
Dicen que hay luz en el fondo…
y yo sigo en la escalera.

¿Dónde se guarda la calma
cuando no hay paz ni en los sueños?
¿Dónde se abraza el consuelo
cuando el pecho va sin dueño?
Yo no quiero más recetas,
ni verdades de ocasión…
Sólo quiero hallar silencio
que no sea represión.


He intentado hacer silencio,
pero el miedo lo interrumpe.
He querido hacerme fuerte,
pero el alma no me cumple.

Hay verdades tan pesadas
que no caben en la boca,
y emociones tan calladas
que revientan si se tocan.


La gente dice: “todo pasa”,
pero no dicen a dónde.
Y mientras tanto la calma…
me esquiva como un monte.



Busco calma en la marea,
(perdida entre mis lamentos)
¡Ay, calma que tanto anhelo!
(se me esconde entre los vientos)

No la venden en el parque,
(ni en palabras de consuelo)
La calma está en quien resiste…
¡aunque tiemble desde adentro!


¿Dónde se guarda la calma?
Tal vez… en no tenerla.
Quizás… en aceptar
que el alma también se quiebra.