Ambigüedad semántica
Dices luz
y no sé si alumbras
o te vas.
Dices viento
y yo respiro.
¿O me arrojas?
Cuando dices yo,
me pierdo entre pronombres.
¿Quién eres cuando callas?
Dos lágrimas distintas.
Ambigüedad emocional
Lloro.
Pero no sé si por ti
o por mí.
O por lo que nunca fue
y sin embargo pesa.
La lágrima cae.
Y en su curva
nadie sabe si lloro de alivio
o de ausencia.
Ambigüedad lógica
Dice el reloj: Es hora.
¿Hora de irse
o de quedarse para siempre?
Marca el minuto
como si fuera
una verdad incontestable,
pero el tiempo no está aquí,
sino allá,
donde tú no llegas.