José Gomariz Fenoll,

La lluvia anunciada

 

 

Los pájaros, aquella madrugada

alto, a quien oír pudiera, cantaron

que una lluvia arrastrará hasta otro lado

toda esa angustia que mi alma arrugaba.

 

Descansé con nocturno vaticinio,

pero en mí despertó un nuevo temor

el compromiso que en mí recayó,

nada veía surgir en mi auxilio.

 

En mi corazón siento llegar la hora

en que seré empapado por la lluvia,

atrás quedará toda la penuria,

será como dijo el ave cantora.