Queda una deuda pendiente
con los besos que me sisas.
Te daré un tiempo prudente
haciendo acopio de prisas.
Mientras tanto, le recojo
a la pasión sus cenias
y las conservo en remojo
como tierras movedizas.
Queda clavada una espina
en el ojal de tu ombligo.
Mi futuro se empecina
en llevársela consigo.
Mientras tanto, voy endulzando
a la tediosa rutina
mezclando en el mismo bando
a la hiel con la insulina.
Le di mi palabra al viento
y me prometió guardarla
hasta que llegue el momento
en que deba rescatarla.
Mientras tanto, me consuelo
deshojando margaritas
que escriben durante el vuelo:
lo que se da no se quita.
A tu boca la he citado
para declarar sin juicio.
Si no subes al estrado,
tendré que actuar de oficio.
Mientras tanto, me pregunto
si ya tendrás otra tuya.
Por si acaso, pondré el punto...
Y que el sino lo concluya.