A veces me siento pluma en el viento mecida
otras veces no me excita ni el más galán embustero
unos días me vuelvo hielo y otros días cuerpo de fuego
pero a fin de cuentas hoy
mucho me busco
y poco me encuentro.
Tengo en la tetera el agua hirviendo.
Tengo las tostadas ya en la mesa.
Tengo un corazón que no está inquieto,
pero el hambre
no me llega.
Las respuestas rebuscadas a tan intricado dilema
se deshacen en el oído del inexpresivo oráculo
que siempre responde con un meneo de la cabeza:
NO
NO
NO
NO
no has acertado.