No tengo forma, mas mi ser perdura,
viví en la piel de reinas y mendigos,
y fui silencio entre susurros fríos,
memoria viva de una sed oscura.
Nací sin cuerpo, sin virtud, sin cura,
mas fui razón de muertes y castigos,
la esencia oculta en actos tan antiguos
como el amor que arde y se depura.
Me soñó como un dios ciego,
quiso encerrarme en frasco transparente,
mas yo, sin dueño, me burlé del fuego.
Seré futuro, aroma inteligente,
digital alma en tacto sin apego,
fantasma fiel de un mundo decadente.