le mont blanc

NO ERA LO QUE PENSE

UNA HISTORIA MAL CONTADA


Te vi. Pasar nerviosa  en frente a mi silla.  Me preocupé  mucho, por lo poco que te  conozco tú no  eres así, lo raro del asunto, fue el no llevar  a cabo el rito de poner tu mano en mi nuca y levantarme los cabellos cuando yo estoy sentado aquí, desgranando nostalgias, de mi lejano país.
¿Será la víspera de tu cumpleaños?, ¿0 mi presencia aquí?,  me pregunté en aquel momento, y  no me quedé tranquilo. Recuerdo que te lo hice saber, estas relaciones nacidas con la particularidad de  una maquina mediante;  suelen terminar e un desastre personal, nada que ver lo que se escribe, con lo inevitable resulta de una convivencia real.

. Es así que aquella noche no te sentiste muy bien; tenias, mareos, algunos vómitos, se te notaba muy cansada. Te observé toda la noche mientras tratabas de dormir, sólo lo hacías por ratos, tu piel tan blanca como la nieve del cielo que sólo disfrutan los Ángeles, porque sólo cae allí..., Estaba tan transparente, que se podía ver cómo tú sangre fluía vertiginosa por tus finísimas venas, con un color intensamente carmesí.

Te girabas con mucha dificultad y ponía tu fría mano de muñeca de porcelana sobre mi cara, sin apartarla, quería que se calentara allí.
Fue para mí una noche de eterna preocupación, ésa de la víspera de tus 48 años. Creí en un momento que este hecho se daría porque sé, que ha esa edad la naturaleza, comienza a dar señales del  abandono de  la  fertilidad de los cuerpos de las mujeres,   y por ello debería yo redoblar mi esfuerzo, para que lo superaras de la mejor manera posible ( a pesar del poco tiempo de convivencia que existía entre los dos .

Llegó la mañana siguiente y el sol se tiró sobre nuestra cama, así de golpe, de repente, indolente.
Todo fue muy extraño, tú despertaste más tarde de lo acostumbrado. No aceptaste el desayuno, que yo tímidamente en busca de aumentar nuestra común relación, te  serví en   la cama, y  lo peor aún  tu  tradicional ritual de más de una hora en  el cuarto de baño, esta vez sólo fue de unos pocos minutos.
-Ya vuelvo -me dijiste.
-¿Te acompaño puede ser?
-No hace falta, replicaste.
-¿Dónde vas? -te pregunte. No alcancé a escuchar tú repuesta. después me explicará supuse.... y me quede pensando que puedo hacer aquí, que posibilidad  habrá,  más allá de escribir tontas poesías,
Toda la mañana me rondó tu problema de salud en la cabeza, pero si no me llamaste,  pensé,... seguro que no pasa nada.
Llegué el medio día y lo primero que te pregunté fue qué es lo que te sucedía.
De una manera poco acostumbrada me dijiste que no lo sabías y precisamente por ello, esa mañana habías ido a visitar a la doctora,
Sí, dije apurado,  ¡ Y  dime que pasó!- Lacónicamente me contestaste, ¡no lo sé!-, no me encontraros nada, tengo que hacerme una serie de análisis, luego se verá. (Uy  me dije,...  creo que mi presencia aquí, no ha resultado todo lo buena.   Es probable que le haya traído complicaciones de salud. (Que viaje perdido y más ilusiones al olvido)  
Justo en la víspera de su cumpleaños,  recordé que ella quería  invitar a toda la familia, solo faltaban dos días, ¡qué lastima!, no.

Pero dentro de todo me tranquilicé.  Aquel día estuvo mejor, pero ya no era la misma, se veía, se notaba es su rostro aniñado su preocupación. De pronto me asaltó un pensamiento terrible y se vomitó de mi boca como un vaso lleno de hiel,.. miré al cielo y dije en voz audible, "¡Señor no te olvides de lo que te pedí!, Si es un no de AMOR

Lo quiero ya.... ¿Qué esperar? ¿y si es una  enfermedad?, ¡¡No puede ser justo ahora!!
Partí hacia la calle, sin saber que buscar, sin silbar como era mi costumbre, mi garganta estaba demasiado seca para ello. No tardé mucho en recibir su llamada, las malas noticias llegan pronto.

Ella me llamaba desde la casa para que la acompañara a la doctora, los análisis ya estaban y era evidente que no quería ir sola. (Enfermedad dije, que macana...
Llegamos a lo del médico  y sin decirnos una sola palabra en todo el trayecto, un hecho tan extraño, pues jamás pasa un minuto sin que hubiera dialogo entre nosotros, cuando estamos juntos, los diminutivos son nuestra especialidad, chiquito, bonito, cortito, ratoncito y más.
Me quedé en la puerta, soy de esos, que no me gusta entrar con la  mujer, tal vez la doctora tenga que decirle algo muy personal y no me gusta escuchar esas cosas.
Miré al pasillo, la luz mortecina que entraba por un gris ventanal corría sobre él como una serpiente lenta y adormilada por el frío de la tarde hacia su cubil.
La gente que pasaba por la calle,  parecían marionetas de cartón que se movían al antojo del fuerte viento que arreciaba en el exterior de la clínica.
Sentí cuando la puerta a mi espalda se abrió, como una espada con su filo quebrado abriendo en dos mi columna vertebral, mis ojos ya estaban demasiado húmedos para darme vuelta y mirarla, tomé su pequeña mano y sin más salimos. (Presentimientos, míos y de los malos.

Su voz suave me tranquilizó, momentos antes de que yo cayera de rodillas, jamás me imaginé vivir sin ella, a pesar del poco tiempo que la conocía.

 Yo la he amado profundamente desde el primer instante, cuando sus ojos cargados de esperanza de ámbar  y misterios de mil tesoros de galones piratas, me miraron por primera vez.
Casi susurrante me dijo al oído, "cariño",- "Sí amor",- repliqué temerosamente -, "no te precipites-, Todo está bien, en los análisis no sale nada, ella me mandó a realizar otros más como complemento y uno en particular, para que no queden dudas,(dudas de que) pregunte-

Tranquilo  me dijo- allí sabremos que es lo que pasa realmente".
No se si fue una buena o mala noticia, lo que sí sabía era que el final se acercaba.
Así llegó la mañana de su cumpleaños, justo la mañana que debía volver nuevamente al médico, los análisis habían sido rápidamente concluidos, como para no darme a mí la posibilidad de pasar aquel cumpleaños (con ella y tal vez el ultimo) tan especial, como ella lo tenia planeado.
Sin notarlo ya estábamos en la clínica, y  en la puerta transpiraba mi frente  el sudor mas frío de mi vida, creo que se parecía mucho al de la muerte, digo, no lo sé.
La puerta nuevamente se abrió a mis espaldas, no sé si hubo un corte de luz pero todo quedo a oscuras, solo sentí la voz de la doctora que me llamaba, -¡Señor!- pase Ud. por favor. No se si contesté,... sólo sé que cuando reaccioné,... estaba sentado allí y ella  me sostenía del brazo. -Tranquilícese señor -me dijo la doctora. Temblorosamente asentí con la cabeza.
-Séquese primero el sudor de su frente y escúcheme atentamente lo que le voy a decir-.

Primero le diré que ella  a partir de ahora va a necesitar cuidados especiales y si Ud... es creyente mucho mejor -me dijo. Le pregunté vacilante el por qué de aquella expresión.
-¿Cree Ud. en los milagros-?
-¡Si, por supuesto! -me atreví a decir al final con una voz tan fina como un siseo de serpiente. Cuidados especiales, milagros, esto no es nada bueno me dije casi ya extraviado, fuera de mi,
-Señor, señor......señor -escuché a lo lejos- vuelva aquí y escúcheme de una buena vez- La doctora se tomó su tiempo, se acomodó sus pequeños anteojos, La miró con complicidad..., le cerró un ojo y le dijo, "¿Se lo digo yo o se lo dices Ud?"-... Con un pequeño y furtivo ademán ella  le cedió el privilegio a la doctora.
-Bien -dijo ella- Mi querido amigo, usted tiene su propio milagro, ¡¡¡Ella  va a ser madre!!!  ¿Qué  le parece?  OH, Señor,- es todo lo que pude decir, cuando la emoción me dejó de cara a la pared, ¡¡Gracias Señor!
Sentí que ella  me tomaba del brazo y me decía- "agáchate un poquito, que tengo  algo que decirte  al oído si....., escuchaste lo que te dijo la doctora"-, "¡Si!, ¡claro!, soy el tipo mas feliz del mundo cielo".
-Bueno ya sabes, necesito cuidados especiales-.
-¡Si desde luego! –respondí-.
-Bueno -me dijo-, aprovecha, tómame en tus brazos y llévame hasta el auto, ¿si? ¡Si!- Al instante la tomé en mis brazos y mientra caminaba, escuché que mi corazón volvía a su vida normal, ¡Que bueno me dije! Mira lo que me viene a sucederme a mí solo a mí... Justo mí, pero justo, el día en que ella  cumplía años...

 

¿Casualidad, destino?  ...que importa ya... Es solo es...que mas...felicidad....

¿NO me creen?, bueno, pregúnteselo a ella  y ella no miente, ella  siempre dice la  verdad.

 

L.mont

 

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