Se fue desdibujando la neblina,
jamás llegó a tocarla con deleite,
se disipó antes de sentir su mirada,
el ocaso era un maleficio extraño.
Se veían desde la nada, como satélites,
poesías en vidas pasadas,
orbitando durante incontables años,
eludiendo al destino que se avecina…
¿Puedes sentirlo?,
es ese abismo que existe,
que respira sin sufrirlo,
cuando alguna contemplación aun persiste.