Esta donosura es la mejor de las condiciones,
incluso creo que es don del Eterno,
creo que la locura no existe pero la creamos
ordinariamente en cada acto cuando nos amamos
y de verdad no somos dioses,
pero casi lo somos, cuando probamos
la exaltación que el amor nos concede,
en la entrega sin condiciones,
lo mismo con quien nos ama
como con quien no lo hace,
por eso a mí me conviene abarcar al amor amándote,
más que por hallar en ello los placeres
es por la dicha de probar un poco
de la inmortalidad como si fuéramos dioses.