RICARDO V

Oda de despedida

Allí donde el torbellino te acaricia como el aura.

Allí donde el seco prado se viste de trigo limpio.

Allí donde un arroyuelo clarea lo padecido.

Allí vivirás mañana.

 

Te buscaré aún dormido entre delirios y deseos.

Te buscaré en las esquinas redondas y sin descanso.

Te buscaré en las alturas y en el fondo de los lagos.

Te buscaré sin quererlo.

 

Presiento que estás presente disimulando estar vivo.

Presiento que me sonríes desde el lejano misterio.

Presiento que te cansaste de vestir el mismo cuerpo.

Presiento que no te has ido.

 

Te vas con la sombra larga del hombre reconocido.

Te vas sin dejar ausencia por los sitios donde estabas.

Te vas porque has terminado con tu labor de batalla.

Te vas porque lo has querido.

 

Ahora no queda nadie que se instale en tu universo.

Ahora la lluvia empaña los cristales antes claros.

Ahora vienen clamando tus recuerdos desbocados.

Ahora serás eterno.

 

Mañana navegaré con derrotero al sol naciente.

Mañana será otro mundo en el otro lado del alba.

Mañana correré el río de las lágrimas del alma.

Mañana seré más fuerte.