1°
En el silencio noto tu ausencia, en el caos
de la ropa tirada
en el polvo de los libros y el desorden…
Y en la cocina cuando preparo el café
cargado, humeante,
recuerdo tus manos,
tu sonrisa plácida al beber,
después de recorrer las frías calles de Lima
para verme feliz lejos de todos.
Me querías, nos amábamos y a veces me ponía
a calentar tus pies con mis manos,
mientras el aire
movido por la luz de la luna
dispersaba todo el perfume de tu cabellera
sobre mi rostro.
2°
A veces uno esta briosamente ocupado,
abrazando
a sus pequeños lobos,
creyendo que su infierno es todo el infierno,
pero hay otros peores, en otras gentes,
en otras carnes, en otros ojos,
en otros gemidos de dolor,
en otras ausencias.
Y entonces ya no me parece tan grande
mi tristeza, mi miseria,
mi pantano circular donde me hundo.
Ya no me parece tan triste que nadie me busque
o que la noche tenga baja autoestima
y esté lleno
de estrellas enfermas
que van cayendo hacia la tierra...