Aquí vas a tocar el cuerpo
como toca un ciego el sueño
CMR
Los muertos siempre han venido a mí.
Cada vez más grises y oscuros
pues tiraron las pieles por los bordes
por un tubo negro de confusiones
psiquis de turbias voces
que aún en día resuenan en sus ecos
y que por horas alargan mis noches
¿Por qué pienso tanto en ellos?
¿Me escucharán allá del otro muro?
¿Sabrán Acaso mis intenciones?
¿Sabrán que no temo, así como ellos?
Mi alegría se hubiese dibujado grande
en curvas carialegres
si mis manos hubiesen estrechado las suyas
o al menos fumarnos un cigarrillo
talvez escucharlos y no hablar.
Me acongojan sus males.
No saben que transitan en el dolor
de mis pesadillas revueltas
sueños contínuos que llegan
y me llevan a sus catacumbas
donde la carne es desagradablemente
pesada y podrida.
Me siguen los suicidas, ¡yo los dejo!
Es probable que quieren que hable de ellos
De los ecos que resuenan en este vacío
Sé que me escuchan, por eso vienen
Siguen la ruta
del pájaro siempre volado
en la continuidad de mis sueños.