¿Cómo puede ser que una bolita de pelos con patas,
como una estrella peluda
que camina entre mis días,
me sea leal
desde el primer segundo?
No lo sé…
pero cuando sus ojitos me buscan,
siento que el mundo se detiene.
No habla,
pero su silencio me abraza.
Y solo sé una cosa:
no quiero que se vaya
nunca.