En mis grandes ojos tristes
llevaré tatuado
mi más grande amor.
Cayó gota a gota…
y nunca se acabó.
Mis luceros se volvieron océanos,
mis ojos, de océanos…
Solo me queda llevarte en el brillo
en las ganas de amarte
y en las lágrimas
de tener que dejarte.
Pues nadie podrá alejarme
más que tú,
con tu forma de
“amarme”