Eres brisa sobre el mar de nuestras almas,
con dulzura y suavidad, meces nuestros sueños
que navegan en el navío del amor,
viajamos con rumbo norte
hacia la península en sublimidad
donde viven los amores perennemente
elevándose, mecerás la nave
con tus vientos y yo le daré rumbo
al timón en este viaje sin regreso;
amaneceré contigo en el aposento
de los arrebatos, viajaré a tu lado
sin la distancia de los vientos,
seremos uno, en el anhelo de entregarnos,
nos encenderemos en el alma,
sedientos uno del otro nos beberemos
y ahí será cuando sabremos
que no era un sueño,
sino la vivencia de la realidad de nuestras vidas.