Nacimos para amar
para sembrar esperanza
para caminar por senderos vacíos
para llenarlo de amistad.
No importa el lugar donde estemos
ni el tiempo en que vivimos
somos mensajeros de la vida, y el amor
tenemos deberes sagrados que cumplir.
Aprendimos a amar sin condición
conocemos la decepción y el engaño
Asido a las manos de Dios
Empujamos nuestro solitario destino
Sembramos semillas de amor
tuvimos momentos de felicidad
también conocemos la traición y el engaño
pero cultivamos el jardín del perdón.
Los años han pasado y sin darnos cuenta
Ya nuestras miradas han cambiado
Nuestros pasos se hicieron lentos
Pero el alma está llena de enseñanzas.
Bendita las manos de Dios
que nos puso en el mismo camino
lo llenaremos de ternura, y gratitud
anhelamos para todos mucha felicidad
Lima, 15 de mayo del 2025
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