Rosendo Ruiz

La dimensión muda

Casi como una costumbre,

casi como un ritual,

es bueno estar en silencio.

 

Escuchar la nota tenue,

el latido de tu corazón,

el parpadeo de tus ojos

y el sonido de lo callado.

 

En un mundo tan vasto y ruidoso,

es bueno tomarse un tiempo

para estar en la dimensión muda

y sentarse sin apuro ni distracciones.

 

Escuchar los sorbos del mate,

los ruidos de la naturaleza

y los pedidos taciturnos de tu alma.

 

Solo para regresar de nuevo

y saber perfectamente

qué melodía hay que tocar.