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Octavio Paz, el silencio y la palabra

In memoriam Octavio Paz

 

Octavio Paz, el silencio y la palabra

 

Tus palabras eran puertas

que se abrían al abismo

y cerraban sobre el sol.

A través de ellas,

el mundo se multiplicaba

en sombras y luces

que se entrelazaban

como en un sueño de espejos rotos.

 

Hombre de la palabra y el silencio,

te adentraste en el laberinto

donde todo es dualidad

y el amor,

como el fuego,

tiene su origen en el vacío.

 

Habías visto el rostro de la serpiente

y la espiral del tiempo

que nos traga y nos consume,

pero también sabías

que la única verdad

es la que se encuentra

en la mirada que se busca a sí misma.

 

Tu México,

el que no dejabas de nombrar,

era un jardín de contradicciones,

un río de recuerdos

que fluía entre lo sagrado y lo profano,

y allí,

como quien se ve reflejado en el agua,

te descubriste:

el hombre y el otro,

el instante y la eternidad,

el ser y la nada.

 

Tú decías

que la poesía es la búsqueda

del ser perdido,

y no había camino más claro

que el que se decía

entre la palabra y el silencio,

ese espacio donde el alma respira

y la muerte ya no existe.

 

Hoy,

te seguimos buscando

en cada verso que nos ilumina

y en cada sombra que nos arrastra.

En tu silencio, en tu palabra,

sigues viviendo,

como el eco que regresa

del fondo del mar.