A saber:
Cuanto más ligero me encuentro
más pesado que me hago
¿Por qué siento que me oculto
Cuando me ando mostrando?
En el bullicio de mi alma
no hay lugar para la calma
y el descanso,
el eterno,
tal como viene se va.
Y con él, todo.
Veces me hundo en la añoranza,
otras me hastío de las presencias.
Veces temo hasta a una mosca
y otras me lanzo a una odisea
sin pestañear.
Un día dado, otro egoísta.
Un día zote, al otro artista.
Me lanzo del galante al grosero
en cuanto cambio de sombrero
Y, para colmo,
cada una de las formas
siempre se enoja con la otra
y en medio de todo el conflicto
yo.