Llevo mirando aquella foto,
que desde siempre adoro y cargo
bajo mi almohada piloto,
que le quita el aroma amargo.
Andas en olas en mi mente
y aumentas mi ilusión de verte;
te evaporas entre la gente,
y eso me trae mala suerte.
Y, aunque te vea al caminar,
mi alma me abandona y desecha
la idea de quererte hablar,
por el espanto del rechazo.
El tiempo ya se me agotó,
y ha sido culpa de mi error
que ahora mi alma te lloró
y se llenó de su dolor.
Autor: Rodrigo Martínez
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