Y se quedarán los pardos ruiseñores,
aquellos que elogian
tu perfección.
Y volarán muy alto;
ellos seguirán surcando
en busca del enamorado
que escala las cumbres
de tu amor.
Y se irán, lejos irán,
hasta tu rostro, muy lejos.
Ellos volarán, y yo
estaré esperando.