Entre jardines fantasmas
la lluvia del amor cae,
no hay fragancias más admirables,
la materia se convierte en espíritu;
leyes indetectables imperan desde siempre,
a las mentes las posee
y a lo existente;
espirales y anillos de implicaciones,
es un plan inescrutable,
irrevertible como el tiempo,
confluyente a paraísos e infiernos.
Este acontecer indescifrable,
gobierna,
abrirse hasta la incorporeidad,
saltarse el infinito y la eternidad,
llegar dónde se teje la poesía.