Aliciaa

Secretos

Fumo.

Fumo por las noches,

cuando debería dormir.

Cuando se espera que yo sueñe.

Pero yo ardo.

Nadie lo sabe.

Nadie se entera.

 

Divago por las noches,

tendida en la cama.

Arrugada.

Mi cenicero, el edredón,

se va quemando.

Calada tras calada.

Mis cuatro paredes se impregnan de nicotina.

Es entonces cuando me inunda la serenidad.

 

Tengo 15 años,

mis labios también tienen 15 años.

En cambio, no dicen nada.

No preguntan, no besan, no rezan.

Se limitan a inhalar.

 

Cometo actos indebidos.

Decido mi futuro en silencio, a través del humo.

Todo el tiempo lo veo corrupto.

 

Las niñas de mi edad no saben qué decir.

Se quedaron sin palabras frente a lo que se supones que no deberían permitir.

Me gusta escandalizarlas,

transformad el humo en un souvenir.

 

Me despojo de toda moralidad.

Y nadie tiene absolutamente nada que argumentar.

 

Y el humo, 

cómplice y tibio,

me guarda el secreto.

Como si fuera,

lo único que alguna vez,

me ha visto al completo.