Hoy le he dado el día libre a mi dinero.
Mantendré con mi sombra las distancias.
Si te quieres venir, aquí te espero,
y si no, que te rindan las ganancias.
A quien trate que sea un caballero
le daré con la puerta en las narices.
Hoy no llevo una máscara, no quiero.
Si te quieres venir, pues ya me dices.
Llenaré la bodega del velero.
Cambiaré de prismático y de enfoque,
Romperé en mi reloj el minutero.
Si te quieres venir, me das un toque.
Al pudor le pondré las cosas claras.
Seguiré al horizonte con dos puntos.
A mi alma le alquilaré dos alas.
Si te quieres venir, abre el adjunto.
Hoy seré quien te engañe sin mentiras.
Le echaré un salvavidas al abismo.
No pretendo que entiendas lo que miras.
Si te quieres venir, muy bien, tú mismo.
Hoy no quiero quemar todas mis naves
ni mostrarme tal cual sin cobardía.
Hoy prefiero olvidar todas mis claves.
Si te quieres venir, hoy es el día.
Subiré a lo más bajo de esa cima,
otearé desde allí mi nulo intento,
y al descenso, se morirá una rima.
Si te quieres venir, es el momento.
Le daré al azar lo que me pida,
dejaré una propina a los forenses
y le haré al futuro una perdida.
Si te quieres venir, ni te lo pienses.
Me haré el último selfi con la Luna;
saldaré ya mi cuenta y que liquide.
Vaciaré otra cerveza sin espuma.
Si te quieres venir, quién te lo impide.
Lanzaré una botella sin mensaje
por si acaso la encuentran los amantes...
(a saber dónde llega el oleaje).
Si te quieres venir, piénsalo antes.
Voy a ir recogiendo las amarras.
Hoy el agua del mar está tan fría
que no lee ni mi código de barras.
No has venido al final. Me lo temía.