jvnavarro
UN GORRIÓN MUY AFORTUNADO
Un gorrión deja su nido
para dar de comer a sus invitados,
poco más o menos
se sabe protegido
en la ciudad desde la cual les hablo.
Su banquete lo tiene asegurado.
Entre migas de pan
y cacahuetes triturados,
que recoge de la mesa
en la que almorzamos,
se siente el rey del mambo.
De vez en cuando
nos trae a sus crías,
gurriatas y gurriatos,
les está enseñando
a saber estar
para cuando el hambre asoma
y se hace preciso
pedir algo de prestado.