bohemio30

La noche es un poema sin firmar.

Entre cigarrillos apagados y páginas rotas,

la ciudad se despereza con un bostezo frío.

No es el clima.

Es el hueco de lo que ya no está.

 

Escribo con el pulso de quien duda si está recordando

o inventando para no doler tanto.

Palabras que no sé si son versos,

o excusas para hablarte cuando nadie mira.

 

Hay silencios que revientan tarde, 

como balas que viajaron lento

y justo ahora, sin aviso,

deciden pasarme limpio.

 

La mañana, con su rutina de hielo,

me recuerda que ayer todavía ardíamos,

y ahora no somos ni brasa.

Apenas vaho en el vidrio,

un nombre que no se pronuncia más.

 

Los amores que se van

no siempre hacen ruido.

Algunos cierran tan despacio

que uno no se entera hasta que

una noche cualquiera

busca el abrigo de un abrazo

y se encuentra solo,

con el alma entreabierta

como un libro que quedó a la mitad.

Y los tuyos, los míos…

eran todos el mismo.

El que llevaba tu nombre bajito

y mi silencio por firma.

 

Los recuerdos,

maleducados como son,

no preguntan.

Se sientan,

ponen ese vinilo rayado

y me obligan a bailar con tus fantasmas.

Tu risa,

la de antes,

todavía sabe abrir candados

que yo juré haber perdido.

 

Y los sueños…

no, los sueños no saben dejar ir.

Se agarran al pecho como fiebre,

se hacen carne en los ojos cerrados,

se disfrazan de destino

cuando en realidad son solo ganas.

 

Y tú…

Tú no eres una musa.

Eres la tormenta que me hizo escribir,

la herida que no me arrepiento,

la mujer que no se explica,

se atraviesa.

Como un vals lento,

como una madrugada con tu perfume todavía en la almohada.

 

Te acercás,

me abrazas, 

me seduces, 

me hablás bajito,

me dejás tu boca como promesa,

y yo,

tan tuyo como siempre,

me dejo llevar, me entrego sin medida como un verso que por fin encontró su verdad 

en la orilla de tus labios. 

 

Después, sin dramatismo,

cierro la computadora,

guardo el poema donde guardo lo que duele bonito,

y sigo con la vida.

 

Porque ser poeta

no es mentir belleza,

es encontrar verdad

en lo que el mundo llama fantasía.