EDGARDO

Tu eres mi luz

Dunia, mi amada, luz en la oscuridad,
Tu amor es el fulgor que ahuyenta la tempestad.
En cada mirada, un universo profundo,
Un amor sin medida, tesoro fecundo.
Tu bondad sincera, regalo del cielo,
Me impulsa adelante, alivia mi anhelo.
Juntos buscamos a Dios con fervor,
Y mi fe se eleva con tu inmenso amor.
Quiero ser tu eco, tu sombra leal,
Amarte por siempre, sin sombra de mal.
Dunia de los Ángeles, mi eterno querer,
Gracias por ser mi constante amanecer.
Mujer maravillosa, de espíritu gentil,
Que me amas con fuerza, con afecto sutil.
Tu apoyo constante, mi firme sostén,
Tu tierna palabra, que alivia mi Edén.
Tus bellos detalles, de noble corazón,
Un manantial dulce, sin comparación.
¿Qué más puedo pedir a la vida, mi bien?
Eres mi ideal, mi refugio, mi sostén.
Me guías a Dios con tu fe tan clara,
Mi espíritu crece, mi alma se para.
No existe riqueza de igual magnitud,
Que mi compañera acreciente mi virtud.
Gracias, mi amada, por todo tu ser,
Quiero ser tu eco, tu fiel menester.
Ser tu complemento, amor sin igual,
Mi eterno cariño, que nunca hará final.
Mi Dunia, mi ángel, hoy te digo con fervor,
Gracias por ser mi eterno amor.