La vida pasa rauda y sin sentirlo
ayer éramos niños llenos de ilusiones
hoy somos adultos pintando realidades
el tiempo pasa y deja huellas
Sembramos semillas de amor
conocemos momentos de felicidad
quizás también de traición y engaño
pero cultivamos el jardín del perdón.
Los años nos cambia la vida
la experiencia nos hace precavidos
a veces las palabras ya no son suficientes
requieren de hechos y realidades.
Hoy caminamos airosos
vamos dejando un aroma
de éxitos, fracasos y esperanzas
Deseamos que nuestro andar sea eterno.
Lima, 13 de mayo del 2025
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