Pequeña criatura a quien ayudaba
en sus primeros pasos
y que con sus abrazos me embriagaba.
Gran criatura que rápida avanzaba
y de mis pensamientos
gustaba, así es como ella me halagaba.
Tiempo hubo de pequeñas confidencias,
con sabor a café,
a altas horas y aire de irreverencias.
Tiempo hubo para fiesta compartida,
con sabor a miel y a hiel,
disfrutada con su fruta elegida.
Tiempo ha habido para mutuo servicio
en la próspera época
llena de alegría y con un grato oficio.
Tiempo ha habido de sostenerme a flote,
hasta su extenuación,
para librarme de tan duro azote.
Ha llegado el momento
de ofrecerle mi reconocimiento,
de obsequiarle con mi agradecimiento.
Ha llegado el momento
de expresarle, por fin, mis sentimientos.