Tengo un espacio, muy personal y ciertamente, mío.
Quise vivir, con otros o sin ellos, pero, a mi manera.
Desde niña era particular y no me gustaba el gentío.
Decía mi Mamá: “Ella, fue tallada, con rara madera”.
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El respeto del espacio ajeno, es un acto de avenencia.
Esa frase me la sembró, la “Sabia”, que era mi Abuela.
La buena crianza, te acercará a una sana convivencia.
Hoy, al mirar atrás, lo agradezco y, ello, me consuela.
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Nada te sobra, cuando has tenido, una buena educación.
La irreflexión y las malas costumbres, cierran puertas.
Los efectos de tus acciones, te obligan a una reflexión.
Probable es qué, detrás de tu firmeza, tengas ofertas.
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¡La primera impresión, será fundamental, en tu elección.
Si te importa el resultado, aléjate de la improvisación!