Rafael Escobar

\"SU PARTIDA\"

 

 

No me extañó su marcha; la esperaba;

me extrañó su partida sin reír;

porque se que también ella sabía

de que fue mi adorada flor de lis.

 

No le rogué quedarse; pues sus ojos

eran chispas de pálido cenit;

de aquel tiempo que juntos construimos

el ensueño mas dulce y más febril.

 

Y por ello, mirándola de lejos

a soñar nuevamente me atreví:

de que un día, quizás la misma senda

traería su luz de querubín.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.