pasaba

Conjuros en el río

En una hora  cualquiera y en un día sin

nombre, los  sauces encorvados

murmuraron en el idioma del delirio, 

una bruja vestida de rosa

se paseaba  por el río sobre un

cocodrilo.

Sus botas de pétalos de poza,

tocaban las escamas de esmeralda y

jade,  en su cintura colgaba

una llave de obsidiana y una cucharilla

del palacio de Diana.

Con voz tallada en almizcle decía  y

conjuraba:

¡Oh fuente oculta del verbo silente,

abre tus conjuros y canta sin dientes¡

Alfiler de los vientos, venid  a mí.

Hechizo de budú,  hazme  aroma  de

jazmín.

Que las hadas del bosque me vean

cruzar  sobre el gigante del agua, sin

desandar.

En su sombrero llevaba

un mechón de humo perfumado, y entre

los dedos, una carta escrita con tintas  

 turquesas regalo de una marquesa. 

Las ranas recitaban las más bellas

poesías aprendidas en tiempos  de

grandeza, los peces danzaban  con

encanto, el río se convirtió  en espejo

donde el hechizo se bañaba  

con promesas y reflejos de la flecha que

arañó el sol. 

Conjuros de bruja, aroma de ruda y su

nombre de espuma pronunció y recitó al

revés 

 

 

                                   PSABAG. SAFECREATIVE