Tengo poca idea,
cuando hablo del aroma de la noche,
es una ventisca de rosal,
con su mítica penumbra,
y su horizonte de conticinio.
Soy de memoria fragmentada,
por el encanto de la luna,
dada su condición abisal,
gris su excelso canto,
en su delicada soledad.
Tengo poca noción,
de la belleza amplificada,
dentro del suspiro de aflicción,
por esta contemplada nostalgia,
en retrogrado embelesada.