Para engañar al instinto
ya tengo un no con secuelas,
para ponerme un precinto
ya tengo un barco a dos velas,
para intuir los tampocos
ya tengo napia de sobra,
para saciar mis sofocos
ya tengo un bar que me cobra,
para seguirte los pasos
ya tengo un pie sin zapato,
para contar los fracasos
ya tengo un autoretrato,
para desatar los lazos
ya tengo llave maestra,
para esquivar los frenazos
ya tengo un botón de muestra.