Fué un Lunes...
cuando todo comenzó.
En tí hallé virtudes,
que mi corazón prensó.
Y de ellas se convenció.
En medio de la ilusión
me decidí entregar.
Sin imaginar,
cuán pronta pena iba llegar.
La diferencia en madurez
creí que no afectaría,
pero fue una partida de ajedrez
que, al final, no ganaría.
Y fue un Lunes...
en el que, me decidí,
a dejar de ver las nubes;
pues no soy lo que buscas en mí.
Y yo, sé que valgo más;
mis sentimientos no son de cristal,
pero sé que no lo comprenderás.
Por eso, hoy elijo mi paz total.
Por Ximena Rodelas.