Querido amigo snupy.
No sé si te has fijado
en esa flor sencilla y diminuta
cuando hemos pasado.
Erguida, firme, quieta;
ahí se ha quedado,
no se asusta ni tilula
ni siquiera se ha inmutado,
ha desafiado con valentía
a tus andares desgarbados.
Querido amigo snupy,
¡ni ha contemplar te has parado¡
eres todo corazón
pero, tan despistado...
que no ves en su belleza
ni pasando por su lado,
la palabra que el cielo
en su nombre nos ha dado.
Cada día, tú, y yo,
este mismo camino andamos,
entre amapolas y margaritas
!cada uno a lo suyo¡ cruzamos.
Y aquí, querido grandullón,
en esta beldad que contemplamos,
es donde veo yo la mano,
del Dios que negamos.
Querido amigo snupy,
el calor, ya está cercano,
y esa flor de primavera,
no durará más allá del verano,
sin embargo, me gustaría,
siendo yo humano,
a pesar de su muerte temprana,
ser la semilla de su grano.
Ahí, erguida, firme y quieta
misionera del llano.