Que sea continuo el paso
del hombre que susurrando
camina hacia el dulce ocaso.
Del hombre que paseando
en su reloj nunca se fija.
Cuando se alza en vuelo un ave
el hombre es quien festeja.
Es un ser que se conmueve
cuando la flor se marchita
o al observar al poeta
que con voz suave recita.
A la espera del verano
en el que hacen la aparición
luciérnagas en bosque ameno.
Quien sabe por donde ronda
tal vez espera la alborada
o solo contempla el cielo
para comenzar su vuelo
cual si fuera una cometa
a la cual dirige el viento.