DanielPerezSoto

RENACER CONTIGO

Me encontraba perdido, no tenía salvación,

mis manos estaban tiradas, sin ninguna dirección.

 

Pero la desgracia me dio un pequeño rayo de luz,

cuando, volando por mi ventana, entraste tú.

 

Querida niña, de suaves y dulces mejillas,

¿Cómo haces para dejarme de rodillas?

 

Quiero crear nuevos versos, y todos son para ti;

ya no tengo la vista negativa que me mantenía atado a mí.

 

Tus manos tocan mi piel y deshacen la oscuridad deprimente;

cuando toco tu pecho, puedo saber lo que tu corazón siente.

 

No quiero perderte, porque mis manos van hacia tu temple.

Eres mi hogar, y quiero seguir sintiendo lo que conmigo tú sientes.

 

Déjame pintarte sin temor, sin espinas mías que te hieran,

sino con manos abiertas, para absorber lo negativo y volverlo arte.

 

Querida, eres completamente mía, sin necesidad de hacer cosas de más.

Cuando te miro a los ojos, sé que encuentro la osadía de querer pasar contigo mis días.