La putrefacción es la puerta del amor
Ven a mí tu cuerpo descompuesto y desordenado,
yo quiero ser parte de tu corazón aunque se quede finado,
vivir contigo cuentos aun teniendo que socavar tu santuario,
hechizado estoy maldito como un rey en temporada de exilio,
las banshees esperan con ansias el día de tu veredicto.
Sin piernas todo un desperdicio,
en tus párpados ahorcado quiero morir padeciendo tus latidos;
quiero beber de tu sangre saboreando tu veneno,
sin embargo tú sin ningún impedimento:
reías putrefacción y aun así no dejaste de compartir tu sabiduría,
la diosa Nut te tiene como guía y contigo un nuevo sol aparecía,
iluminas con tu inteligencia,
las ideas vacías de los sabios de Heliopólia.
En todo momento olvidé sin importarme en que se convertiría tu templo,
¿Por qué no iba a mirar más adentro?,
observaba la complejidad de tus versos;
tus pensamientos que florecían utopías,
tenía una ruleta rusa cargada,
que me disparaba día a día,
no podía tener actos de cobardía,
sin temor, sin saber dónde yo despertaría,
contigo muerta arropada en tu regazo o con la pluma de Maat en tus manos.
Eras dulce color violeta,
tu intensidad no solo era un lujo,
desprendía rareza sin espinas con sabor a cereza,
tu elegancia misteriosa destrozaba a los estándares de belleza,
olías a pura melancolía antigua,
esa forma de amar atmosférica,
tan profunda que atravesaba cualquier tipo de muralla como cañón de guerra,
en climas oscuros iluminabas a la luna llena y hacías bailar a la naturaleza.