Partículas de Amor
Dicen que todo está hecho de átomos,
pero yo creo que el universo se sostiene
en diminutas partículas de amor.
Son invisibles,
pero viajan más rápido que la luz
cuando un abrazo sincero cruza la distancia,
cuando una lágrima se entiende sin palabras.
Están en el roce de una mano que no juzga,
en el suspiro que espera,
en el silencio que acompaña
sin querer llenar el vacío,
solo estar.
El amor, ese intangible elemental,
se fragmenta en gestos mínimos:
una mirada que no huye,
un aquí estoy sin horario,
una risa compartida
que reordena el caos molecular del alma.
Yo he sentido esas partículas
en las heridas de mi pecho,
ahí donde el dolor sembró cenizas.
Ellas entraron sin ruido,
como polvo de estrellas,
y me reconstruyeron
desde adentro.
No sé si Dios es una ecuación o un susurro,
pero estoy segura
de que se manifiesta
en cada partícula de amor
que dejamos en otro.
Lilia Molina Fernández