En medio de la noche silenciosa,
Cuando el alma cubre de reproche,
Tu amistad aparece, luminosa,
Cómo faro en lo oscuro de la noche.
Bajo el manto brillante de estrellas,
Se cruzan nuestras risas y las huellas
De batallas que el tiempo no deshizo,
Por qué tu mi amigo eres un eterno hechizo.
Cuando el cielo se torna nublado,
Y el ánimo se siente más callado,
Ahí estás tú, firme, sin decir nada,
Compañía leal, siempre esperada.
Sobre las nubes que flotan inciertas,
Tus palabras abren puertas abiertas,
Y aún si el día amenaza con sombras,
Tu presencia las vuelve menos hondas.
Hemos hablado de sueños lejanos,
De rutas y temores tan humanos,
Y en cada meta, en cada intento puro,
Tu voz me impulsa a conquistar lo oscuro.
La luna nos ha visto en la distancia,
Entre charlas, silencios y constancia,
Y aunque no todo brilla en esta vida,
Tu amistad es mi calma compartida.
Porque mi queridísimo amigo,
Hay vínculos mayores que el tiempo,
Las distancias y los dolores;
Tú eres mi verdad, mi abrigo y mi protector,
Mi compañero en la sombra y el sol,
Por qué en ti mi amigo, vive sincera
La forma más pura de amor...