Bella flor, no te apagues.
No lo hagas si es por mí.
Abriré la ventana,
que el sol te lave el rostro
y el viento peine el dolor.
Haré danzar la lluvia,
si es sequía lo que cruje en tu raíz.
Te ofrendaré mi sombra,
si el cielo no alcanza para darte abrigo.
No seques tus pétalos aún,
que no sabría cargar el peso
de una muerte que ayudé a parir.