Manu cramps

Montaña rusa

 

Subí sin red, el vértigo en los ojos,

la piel temblando al filo del abismo.

La cima ardía con destellos rojos

y el alma se lanzó buscando el ritmo.

 

Bajé sin freno, herido por la brisa,

con gritos que brotaban del silencio.

La curva me abrazó en fugaz sonrisa 

la inercia fue castigo y fue comienzo.

 

Giré en espiral dentro del vacío,

la duda y la pasión, mano con mano.

A veces me salvó solo un suspiro,

y me sentí un dios...y un ser humano

 

Y sigo, sin saber cuándo termina,

si es juego, penitencia o redención.

Pero esta ruta intensa me ilumina:

prefiero el riesgo a la resignación