Le pediré a la lluvia que limpie tu tristeza
y a las nubes grises que oculten tu dolor.
¿Cómo no sufrir al ver que tu belleza
se convierte en una mueca sin gracia y sin candor?
Me abrazaré a las gotas de esta lluvia fría
para que sientas que lloro junto a ti.
Estaré a tu lado en la lejanía
pero tu cuerpo estará apegado a mí.
Le pediré a la lluvia que, al pasar a tu lado,
refresque con sus alas tu mirada.
Esa mirada hermosa que me ha conquistado
y que hoy la veo triste y apagada.
Y cuando pase esa lluvia frente a mi puerta,
le pediré emocionado que te lleve mi cantar.
Tú estarás con el alma aun despierta
y entonces, abrazados, nos pondremos a llorar.