Está la ceguera a la justicia,
la meritocracia hundida en la tierra,
el puto marketing que la realidad engaña,
el trabajo duro oculto en la selva impuesta.
Está la ceguera a la discapacidad no justificada,
la persona , la que sea, siempre la oculta,
el miedo al prejuicio y la injusticia,
aunque me duela, la discriminación positiva es necesaria.
La ceguera que impone el ser manipulador,
establece el miedo como medio oculto,
al final la víctima es derrotada por el mono volador,
no es que no luche, es que le convencen que es un perdedor.
Está la ceguera a tu propia familia,
en mi opinión suele haber siempre una oveja negra,
esa persona por más que lucha y persevera,
han los demás conseguido anularla.
Está en España al menos la ceguera a la patria,
yo amo a España y a Castilla,
pero mucha gente te ausculta y te llama facha,
por ser unionista, demócrata aún siendo como yo de corazón socialista.
Está la ceguera de la persona resultadista,
que el tesón, el fracasó , la caída no valora,
solo el resultado final únicamente cuenta,
todo lo contrario a la mentalidad americana capitalista.
Está la ceguera que crea gente insegura,
de la gente llena de complejos y envidiosa,
de la sociedad por desgracia una gran mayoría,
el éxito de los demás les molesta.
Y por último está la ceguera a las personas con alma,
que por sus acciones buenas a veces reciben crítica,
por no ser una persona competitiva ni capitalista,
la ceguera a no molestar y vivir la vida.